viernes, 30 de diciembre de 2011

Reflexiones

Pienso, me paso el día dando vueltas a muchas cosas y cómo han llegado a ponerse las cosas así.

Desde Septiembre pasado, más o menos, mi vida ha dado un vuelco de 180º. No consigo entender cómo han pasado algunas cosas y otras, pues aunque sepa cómo, no sé si hubiera podido evitarlas... o si hubiera querido evitarlas.
Me encuentro en mi casa, pensando cada vez que tengo un rato libre, y por libre no me refiero a no trabajar, simplemente a no hacer algo que ocupe lo suficiente mi mente.
Mi sensación es de haber perdido cosas y que en algunos casos son imposibles de recuperar aunque en otros nunca se sabe.

Irrecuperables, mi padre, es lo que más me hace pensar, por cómo sucedió, por no saber sus intenciones, por cómo ha dejado de rota a la familia y por cómo hace que me plantee mi vida y mi futuro. Perder a mi padre ha sido lo peor de mi vida, sobre todo de la forma que lo hizo, por cómo me afecta día a día y hace que cada vez me importe menos las cosas que antes me hacían feliz, o que me importaban. Me planteo si llegaré a su edad o me quedaré por el camino, si realmente me importa lo que me pase, y si realmente le importa a alguien lo que haga en el futuro.
Lo único que impide que haga locuras son dos seres, mi madre y mi perra. Respecto a mi madre, es lógico, seguramente sea la persona que más me quiera en el mundo y más se preocupe por mi.
Mi perra es otro cantar. Algunos dirían que es sólo un perro, pero pasa más tiempo conmigo del que nadie ha pasado jamás, muchos días duerme conmigo y cada vez que la veo con cualquier problema se me cae el alma al suelo. Pienso que si no estuviera no levantaría cabeza, ya que según me cuenta mi madre, cuando falto muchas horas, se queda esperándome en la puerta de mi habitación con aspecto triste. Supongo que exagera, pero es algo que pienso.

El resto del mundo, pues no sé, considero a algunas personas cercanas que sé que de verdad les importo, amistades de muchos años, o parientes que aunque vea poco por vivir lejos, sé que me quieren.
Quizás sea que mentalmente no estoy bien, por lo sucedido con mi padre y por otros hechos que han sucedido, como por ejemplo, la primera vez que me despiden de un trabajo(y encima sin culpa), problemas con gente que pensaba que eran amigos, a los que veía una vez al mes pero hablaba casi a diario, y que salvo dos, ni siquiera se molestaron en decirme nada aún sabiendo lo de mi padre... con amigos así quién necesita enemigos.
Esos "amigos", relativos a un foro de internet, en su mayoría, han dejado de importarme definitivamente, y con eso me refiero a que me da igual lo que piensen o lo que hagan, ya no tiene ninguna relevancia para mi... y eso, hace un año era casi impensable, y hubiera hecho algo para arreglarlo, mientras que ahora, carece de cualquier importancia.

Más cosas, pues problemas en otro trabajo, la mayor parte vienen desde que un par de personas en concreto llegaron a la empresa, pero los de dentro, salvo un par, no se dan cuenta, y lo ven como algo casual, y no me parece casual comerme marrones de otros(casualmente suelen ser de esos dos) cuando ni tenía nada que ver o no estaba al tanto del asunto.

Luego están las personas que aunque apenas vea, siguen siendo amigos, los cuales me anima el día verlos, como Lidia, Cristina, Javi, Carlos, Peri... y alguno más que ahora no caigo.

Esto está escrito aproximadamente en verano de 2008.

jueves, 13 de enero de 2011

Viaje a Amsterdam parte 2

El segundo día de estancia lo organizamos algo mejor. Buscamos sitios que visitar y pasamos por la zona este de la ciudad. No volvimos a despistarnos por la ciudad :D

Fuimos al mercado de las flores, un lugar curioso donde puedes comprar todo tipo de semillas, bulbos y demás para plantar. Supongo que por eso es tan conocido. En ese mercado, a un lateral, encontramos una tienda de cosas chinas y japonesas que nos encantó. Manda huevos que
tengamos que comprar cosas orientales en Amsterdam, pero así fue. También compramos algo de queso en esa misma calle.

Foto de un puesto del mercado de las flores.














Comimos de camino en una caseta de salchichas y cosas así que había en una plaza grande cuyo nombre no recuerdo y que habían montado casetas y pista de hielo con motivo de las fiestas navideñas.

Después visitamos el "Houseboat museum", curioso, pero nada extraordinario. Básicamente es ver un barco vivienda por dentro, el cual tiene cerca de 100 años aunque al principio era sólo un barco de carga.

Imagen del Houseboat Museum.













El resto del día visitamos unas cuantas cosas más, dando vueltas por todo el este de Amsterdam, incluyendo por la noche el "Redlight district" o Barrio rojo, que es más o menos donde las prostitutas tienen legalidad y se exhiben en escaparates en su mayoría a ras de suelo y tienen incluso la cama detrás de ellas. Ese escaparate tiene puerta y si quieres eso, es bastante sencillo. Lo que me llamó la atención es que encuentras ese barrio justo detrás del centro comercial de la Plaza Damm, uno de los sitios más céntricos y turísticos de Amsterdam.
Al otro lado del barrio rojo se encuentra el barrio chino, el cual tiene hasta su propio templo, el He Hua Temple. Llamativo cuanto menos, porque aunque muchas ciudades tienen barrio chino, donde vivo yo, en Madrid, no lo hay, aunque si haya mucho colectivo chino.

Curioso fue encontrar una tienda de comics justo en la entrada de la calle Zeedijk, en la cual empezaba el barrio chino. Llamativo también que la placa con el nombre de la calle estuviera además de en Neerlandés, en chino.
Y claro, era raro sacar una foto sin tener cerca un coffee shop :P

También pasamos por el Hermitage, por un bar hecho sólo de hielo y puentes y más puentes para cruzar los
canales.
Por la tarde, después de esta zona pasamos por el barrio rojo ya comentado y poco más, cenamos en un
argentino que no estaba nada mal aunque algo caro para mi gusto y a descansar que ya era tarde y nos acostumbramos a madrugar para poder visitar más cosas al día siguiente.

Ha habido muchas cosas llamativas, como por ejemplo la bicicletas, que no sólo tenían carril bici por todas partes, sino que había semáforos para ellos, y encima no veías a nadie con casco. Y eso sí, otras cosas no sé, pero bicis había a miles, sobre todo en la estación central, que no vimos parking para coches pero sí para bicis. Y además, son todas iguales, apenas hay diferencias entre las bicis salvo las que lleven cesta delantera para niños y cosas así. Que sosos.

Bueno, la próxima entrada será el tercer día y la vuelta.

domingo, 2 de enero de 2011

Viaje a Amsterdam parte 1

El día 27 de diciembre de 2010 fui de viaje a Amsterdam con mi novia. Algunos dirán que no es la mejor ciudad para viajar con pareja, pero a mi no me lo pareció.

Llevaba muchos años, demasiados sin salir ni siquiera de Madrid y se agradeció mucho.
El primer día, coger el avión sobre las 8 de la mañana, el acojone típico del despegue y un par de horas y media de vuelo donde lo más vistoso eran los pirineos ya que con la niebla no se veía mucho más.
Llegaba a Amsterdam, a la pista más lejana de todas de la terminal y de lo primero que vemos al salir del avión es ¡¡Rabobank!!, su banco favorito y cada día el de más rabos :P
Y aquí la prueba:

Después de descojonarnos de esto y cada vez que lo veíamos en la calle, fuimos al hotel. Nos registramos, dejamos la maleta y a recorrer Amsterdam.
Un frío de cojones, todo nevado, capas de hielo en el agua de los canales... vamos, que Sheila se acabó poniendo 3 pares de calcetines y aún así tenía mucho frío, cosa que solucionó el segundo día en el mercado de Waterlooplain (al menos en lo que a las piernas respecta).

Plaza Dam, ejemplo de la nevada que cayó.
El primer día fuimos un poco a nuestra bola, sin nada concreto que buscar y así acabamos comiendo en un McDonalds. Eso sí, nos llamó mucho la atención el tema culinario, ya que encontrabas muchos, pero muchos restaurantes argentinos e italianos.
Llamativo el tema de las bicicletas, porque sabía que se usaban mucho, pero es que tienen carriles sólo de bicis, semáforos de bicis... vamos, que apenas ves coches y el peligro de los cruces no eran ni los tranvias ni los coches, eran las bicicletas.
Pues eso, el primer día visitas a la plaza Dam, ver canales, pasamos por el mercado de las flores aunque luego volveríamos otro día, etc...

Hacia las 5 de la tarde anochecía, y dando vueltas acabamos despistándonos. Busqué salida en el mapa y un puto canal giraba, nos cortaba el paso y no tenía cruce hasta tomar por culo o más allá. Total acabamos algo perdidos y al final preguntando nos orientaron bien y como 40 minutos después llegamos al hotel. Si, nos desviamos bastante al parecer. Después de eso, consultábamos más el mapa antes de volver a ir a cualquier sitio que tardaras más de 10 minutos andando.

Ya más tranquilos, cenamos en un italiano, un poco malo dónde el pan te costaba 3€ y eran rebanadas que parecían más tipo bimbo que pan normal.

Lo bueno del viaje es que también practiqué inglés desde el primer día y me apañe bastante bien, es más, ya a veces le respondía a Sheila con palabras cortas en inglés sin darme cuenta.

Después ya rotos de estás tantas horas caminando, el viaje y que la noche antes apenas dormimos, caimos rendidos en la cama del hotel sobre las 10 de la noche. Ya luego nos despertamos pronto e iniciamos un segundo día más estructurado.
Eso en otro post, que intentaré resumir algo más.